miércoles, enero 03, 2007

Cuando Duermes



Duermes. Me he quedado a tu lado, mirándote, la respiración regular, las largas pestañas cerrando tus ojos, el pelo desordenado, esa leve sonrisa en tus labios. Me encanta ser la voiyeur de tus sueños, espiar tu respiración, el leve movimiento de tus ojos, el modo en el que tu pecho sube y baja, apoyarme sobre él y escuchar tus latidos regulares.

Me encanta cuando tu brazo me busca a ciegas, desesperado hasta encontrarme y entonces me afianzas a ti como si repentinamente tuvieras frío y sólo mi cuerpo pudiera abrigarte.

Hay noches en las que el alba me sorprende mirándote, escuchando tus sueños, el silencio de tus secretos y tus palabras dormidas, inventando la forma de deslizarme de puntillas en el zaguán de tus pupilas, hasta llegar a donde inventas universos, para jugar contigo, pasearme por jardines de fantasía y navegar en mares de agua violeta y peces de colores insospechados.

Tu cuerpo revela lo que tu mente despierta no atina a decirme: Que me anhelas cuando no me tienes, que me abrazas en los espacios vacíos que las horas dejan al bullicio, que en secreto besas al aire imaginando mis labios y vuelas hasta mis brazos cuando el día se hace eterno y alivias así el ahogo de tu cotidianeidad.

Leo en los surcos de tu piel relajada poemas de dulce sonoridad. Bailo en el compás de tu respiración acompasada y me adormezco en el regazo de tus manos suaves y laxas. Extenuada al amanecer mis ojos ceden a la tentación de tu hermoso sueño y caen rendidos en el sopor, y mis labios besan distraídos tu espalda, hasta que giras para abrazarme, recolocándome en el hueco que tu cuerpo hace a mi medida, y definitivamente duermo, vencida por tus sosegados susurros en mi oído, cubierta de tu brazo, escondida dentro de tu cuerpo refugio, perdida en la apacible tranquilidad de tu sueño armónico, y aunque me revelo una vez más contra el impulso indomable de quedarme dormida, por mirarte un instante, tus argumentos son más firmes que mi rebeldía y al final dejo que Morfeo me lleve contigo hasta que tus labios me despierten dulcemente cuando el sol corone el día.



Besos y sed felices.

Nota: para esta entrada quería la canción de Cómplices, "Cuando duermes", pero no ha sido posible. Espero que os gusten las que he seleccionado.